Después de hablar con los compañeros en clase de informática aplicada a la educación a través de un chat sobre los usos educativos del mismo, se pueden sacar varias conclusiones.
La primera, y la más importante es que el chat puede convertirse en un medio apropiado para ciertas tareas en el ámbito educativo.
Una de ellas, es la función de tutoría. El chat podría transformarse en una herramienta óptima para llevar a cabo tutorías online, siempre y cuando el profesor asignara un horario a los alumnos, dividiéndolos en pequeños grupos.
Además, a raíz de la intervención de un compañero de clase, también caí en la cuenta de lo apropiado que sería utilizar de manera habitual esta herramienta en aquellas clases donde uno o varios alumnos presentaran problemas de audición.
Como limitación más importante, he podido comprobar a partir de mi propia experiencia en el aula, que el chat se convierte en una herramienta poco eficaz en el ámbito educativo, cuando son muchos los alumnos que están hablando en él al mismo tiempo. Cuando están conectados muchos estudiantes, el ambiente creado resulta lo suficientemente caótico como para considerar que en este caso, otro tipo de herramienta sería más efectiva.
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